Rahu y Ketu en astrología védica

¿Quiénes son Rahu y Ketu?

En astrología védica, Rahu y Ketu son considerados dos planetas-sombras, ya que en realidad no son planetas sino puntos matemáticos. Rahu es el nodo lunar norte y Ketu el nodo lunar sur. Son los dos puntos en los que la órbita de la Tierra alrededor del Sol se intersecta con la órbita de la Luna alrededor de la Tierra.

Cuando el Sol y la Luna está alineados con estos puntos (Rahu y Ketu), es cuando ocurren los eclipses. En la astrología védica, el Sol y la Luna son dos planetas esenciales, ya que el Sol representa el espíritu y la Luna representa la mente; la unión de ambos es lo que nos hace humanos. Por lo tanto, Rahu y Ketu son considerados planetas maléficos, ya que son los causantes de los eclipses, momentos es los que el espíritu o la mente son cubiertos por una sombra.

Rahu y Ketu son los únicos “planetas” que se mueven en sentido contrario a todos los demás, desde una perspectiva terrestre. Siempre, desde nuestro punto de vista, estos puntos matemáticos parecen moverse hacia un lado mientras que todos los demás planetas normalmente parecen moverse hacia el lado opuesto.

Este movimiento retrógrado esencial en Rahu y en Ketu, hace que los efectos que traen a nuestras vidas estén íntimamente ligados a patrones mentales que traemos de vidas pasadas. Estos patrones mentales pueden manifestarse a través de situaciones no resueltas en vidas pasadas y que siguen manifestándose en esta vida buscando resolución. De hecho, esta falta de resolución es esencialmente la que nos mantiene atadas al ciclo de nacimiento, muerte y reencarnación.

Debido a que traen continuamente situaciones no resueltas, son planetas que vienen a traernos lecciones. Las casas en las que Rahu no causa muchos problemas son las 3, 6, 10 y 11, ya que en estas casas es por lo general favorable tener planetas maléficos, ya que le dan fuerza a la casa. En todas las demás casas, puede ser en cierto grado problemático. Cuando Rahu o Ketu se activen en la carta, traerán desafíos o problemas ligados a las casas en las que se encuentren.

Además, al ser grandes enemigos del Sol y de la Luna (ya que causan los eclipses), si en la carta astral están junto a alguno de ellos, esto será problemático para lo que el Sol, la Luna y sus significados.

En cualquier carta astral, Rahu y Ketu siempre ocuparán casas opuestas (el nodo lunar norte, en el cielo, siempre estará opuesto al sur). Pero no solo son opuestos en ubicación, sino también en características. A Rahu se le considera la cabeza y a Ketu la parte de abajo del cuerpo de un mismo demonio mitológico (puedes leer la historia más abajo). Por lo tanto, Rahu es muy mental, astuto y rápido para comprender. Al tener la parte de la boca, simbólicamente siempre está hambriento de más; es muy codicioso. Ketu, por otro lado, no tiene cabeza, por lo que es un planeta errático de resultados inesperados.  Además, al no tener mente, si está bien ubicado en la carta es también considerado un planeta espiritual.

La historia mitológica de Rahu y Ketu

Esta historia cuenta que, hace mucho tiempo, los dioses (devas) y los demonios (asuras) estaban en constantes guerras. Por más que los dioses los vencieran, los demonios eran revividos gracias a los poderes de su líder, quien tenía el secreto de la resurección. Los dioses también habían tenido el poder de la resurrección, pero lo habían perdido debido a una maldición.

Hartos, los dioses recurrieron al Dios Vishnu (Dios que está por encima de dioses y demonios) para pedir ayuda. Vishnu les propuso conseguir el elixir de la inmortalidad, llamado amrita, pero este se encontraba en el fondo del océano de leche. Para conseguirlo, era necesario batir el océano, pero era una tarea muy difícil solo para los dioses, por lo que tuvieron que pedir ayuda a los demonios. Estos aceptaron el pacto, pues pensaron que una vez que lo consiguieran, ellos verían la forma de quedarse con el elixir.

Para batir el océano utilizaron al Monte Mandara, y a la serpiente Vasuki como cuerda para darle vueltas al Monte y que fuera batiendo. El trabajo duró años. En un momento el Monte empezó a resbalarse, y Vishnu tuvo que convertirse en tortuga para ir debajo del Monte y darle soporte con su caparazón. Poco a poco empezaron a surgir objetos y seres del océano. Entre otros, surgieron la vaca de los deseos, el árbol de los deseos, las apsaras (damas celestiales) y el tulsi (la planta sagrada de la India). Surgió también Laksmi, de quien Vishnu quedó prendado y pidió casarse con ella. A Laksmi la conocemos como la Diosa de la prosperidad y la fortuna.

Finalmente, surgió el Dios de la Medicina, quien salió con la amrita en la mano. Los demonios inmediatamente intentaron tomarlo y se desató el conflicto con los dioses. Entonces Vishnu, tomó la forma de una Diosa encantadora, Mohini. Los demonios detuvieron la batalla pues quedaron encantados con su belleza. De igual forma los dioses, aunque estos no tardaron en darse cuenta de que Mohini era en realidad Vishnu que había venido a apoyarlos.

Mohini sentó de un lado a los dioses y de otro lado a los demonios, para supuestamente repartir el amrita entre ambos bandos. Empezó por los dioses, prometiéndole a escondidas a los demonios que guardaría la mayoría para ellos.  Uno de los demonios se dio cuenta del engaño, y adquirió la forma de un dios y fue a sentarse con ellos, para recibir el amrita. Tomó asiento entre los dioses Sol y Luna. Mohini iba repartiendo el amrita entre todos los dioses, y así, el demonio disfrazado de dios, también bebió su parte. Apenas lo hubo tomado, el Sol y la Luna se dieron cuenta de que era un demonio disfrazado, y alertaron a Vishnu, quien inmediatamente le cortó la cabeza para intentar intentar evitar que el amrita pasara de su garganta.

Desde entonces, este demonio, que adquirió la inmortalidad, vive partido en dos: la cabeza por un lado y el cuerpo por otro.

Y como venganza hacia el Sol y la Luna, quienes lo delataron con Vishnu, Rahu y Ketu cíclicamente se “comen” al Sol y a la Luna, causando así los eclipses.